La gran mayoría de las personas hemos experimentado ansiedad y estrés en algún momento de nuestra vida. Ambas son reacciones que se desencadenan en nuestro cuerpo y emociones ante estímulos que las detonan. Pero, ¿estás por lo general ansiosa(o)? ¿vives en estrés? La realidad es que si has contestado que sí, tal vez ya no estemos hablando de un estrés y ansiedad "normal" sino de una patología.
Tener múltiples tareas a la vez, ser eficientes, productivos, estar ocupados...decretos de la vida moderna que están acabando con la salud mental de las personas. Piensa en un interruptor, a este lo puedo prender y apagar a mi voluntad, ahora visualízalo como tu capacidad para tensionarte y volver a la tranquilidad. El problema ocurre cuando no sabemos más cómo apagar esa tensión.
La ansiedad es la introyección de esa tensión. Es decir, puede que haya o no un estímulo desencadenante. Puedo estar aparentemente tranquila sentada cuando de pronto, se presenta. Casi siempre va acompañada de algún signo físico como la taquicardia, sudoración excesiva, dificultad en la respiración, entre otros que nos alertan llevando a la corporeidad el no sentirme bien. Para abordarla, necesitamos profundizar e indagar sobre lo que realmente está generando ese "no sentirse bien".
Por su parte, el estrés está más relacionado con estímulos exteriores. El concepto mismo viene de la Física, al referirnos a la opresión ejercida sobre un material. En la Psicología es lo mismo, sólo que ese material es nuestro propio Yo.
Hay diversos Trastornos de Ansiedad que de ser necesario deben de ser diagnosticados por un especialista, lo mismo que el Estrés crónico. Su tratamiento es de vital importancia para que pueda haber una evolución de los síntomas.
Recuerda que es natural sentirlos, pero no tienes que vivir con ellos.
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