Para muchas personas del resto del mundo, Australia representa un nicho de estabilidad económica y seguridad que tal vez no están obteniendo en sus países de origen. Mirar hacia a Australia puede parecer una gran idea, pero para que tu proceso de migración sea lo más fácil posible, no sólo necesitas mejorar tu inglés o aumentar tus ahorros previamente, necesitarás prepararte mental y emocionalmente.
Los padecimientos mentales son una gran razón por la cual personas que migraron con miras a establecerse definitivamente, se devuelvan a su país. Si bien, hay muchas variables que están fuera de nuestro control, hay muchas otras que podemos prever y prevenir para convertirnos en migrantes más resilientes.
Si te has percatado que, en tu ambiente familiar, conocido de tu país de origen sueles tener retos psicológicos, es importante que busques ayuda profesional cuanto antes para atender estos temas de forma eficaz. Siempre es un buen momento para iniciar terapia, pero al tener en puerta un proceso de migración es vital.
Hay síntomas que son esperados y resultan manejables, pero que por su frecuencia e intensidad pueden volverse patológicos. En estos casos sólo un profesional de la salud mental te podrá apoyar debidamente. Piensa en un paralelismo fisiológico: no es lo mismo tener dolor de estómago y tomarte un remedio casero para solucionarlo, a tener una úlcera gástrica que necesita un tratamiento específico.
De la misma manera, aquí abordaremos los síntomas psicológicos más frecuentes que como migrantes solemos presentar antes y después de mudarnos. Ten en cuenta que estas recomendaciones por ningún motivo suplen o minimizan la importancia de buscar ayuda profesional, de hecho la fomentan.
· Ansiedad/frustración
Es uno de los síntomas más comunes. La incertidumbre, no saber qué esperar, no tener resueltas necesidades instrumentales como vivienda o empleo pueden exacerbarla.
Antes de tu mudanza, haz investigación sobre costos, las condiciones de tu visa, posibilidades de empleo real o de estudio. Controlar lo que está en tu poder te dará una mayor sensación de logro y calma.
Aprende técnicas de respiración y mindfulness que puedas aplicar en los picos de ansiedad. Te sorprenderá lo sencillas y efectivas que pueden resultar.
· Aislamiento/tendencias depresivas
Migrar por lo general implica dejar atrás lo conocido así que en el periodo de adaptación inicial nos podemos sentir bastantes solos (as). En un país tan remoto como Australia, esto es todavía más predominante, pues casi siempre visitar a familia y amigos o que ellos nos den una visita conlleva un gasto considerable de dinero y un viaje de en muchos casos, días.
La clave para manejar esto: conectar. Antes de mudarte conecta con grupos en redes sociales de migrantes, pueden ser de tu país específicamente o más generales. Comparte tus intenciones y pide apoyo y consejos proactivamente. Australia es multicultural, así que lo más probable es que encuentres algo que sea para ti.
Ya estando en el país, conecta, sigue conectando. Busca clubes deportivos, artísticos, intelectuales, baja aplicaciones para hacer amigos. En las ciudades suele haber una gran oferta de actividades tanto gratuitas como con costos que se adaptan a todos los gustos. Esta es una buena oportunidad para intentar algo nuevo.
Si tu plan es llegar de entrada a un área regional, piénsalo muy bien. ¿Recuerdas ese episodio de Los Simpsons en donde un niño australiano tarda horas en llegar a la casa de sus vecinos? Es real. Australia regional es muy diferente a Australia urbana, la primera, para la mayoría de los migrantes, suele ser muy dura.
Planea llamadas y video conferencias con tus amigos y familia en casa. Toma en cuenta la diferencia horaria y si por esta razón no pueden coincidir tanto, entonces planea un esquema de mensajes de voz en donde ambas partes estén actualizadas sobre lo más relevante que pasa con la otra. Puedes generar también Newsletters mensuales o quincenales en donde por correo electrónico compartas fotos e historias destacadas o simplemente usar tus redes sociales. Muy probablemente vas a tener muchas historias para compartir.
Recuerda cuidar tus básicos: comida, descanso, actividad física y recreación. Estos puntos no son ni deberían de ser nunca negociables.
· Adicciones
Si tienes alguna adicción, no solamente a sustancias sino también a actividades o codependencia hacia alguien, es el momento de solucionarlo. Busca ayuda profesional para dejar cualquier tipo de adicción antes de mudarte, así podrás empezar libre en un espacio nuevo a generar recuerdos ya sin esa carga.
El principal objetivo de migrar, en la mayoría de los casos, es aumentar nuestra calidad de vida y opciones. Utiliza esto como un incentivo para tratarte profesionalmente.
De otra manera, sin ser negativa pero realista, lo más probable es que tu adicción empeore. Ya que ante los desafíos que impone el migrar, sustancias o conductas disfuncionales nos ofrecen un aparente alivio.
· Shock cultural
Este, no es un síntoma psicológico como tal, pero decidí incluirlo ya que definitivamente es de los más importantes. Podrás encontrar más información próximamente en un artículo exclusivo del tema.
Muchos migrantes se concentran en generar “burbujas” culturales, es decir, en reforzar lazos con personas de sus mismos países o de mismos orígenes culturales. Si bien, en un inicio, esto genera un sentimiento de pertenencia, a la larga resulta disfuncional.
Necesitamos integrarnos a la cultura a la que llegamos, esto se llama aculturamiento y es vital para sentirnos adaptados y acogidos por nuestra nueva casa.
Si los códigos sociales, de lenguaje, entre sexos, laborales, etc. te resultan extraños, pregunta y observa. No dudes en preguntar si algún comportamiento, lenguaje o costumbre te parecen extraños o indescifrables. Hazlo de manera asertiva y empática, y escucha para aprender sobre lo que antes, te era desconocido. Detecta si tienes prejuicios o actitudes racistas o discriminatorias para trabajar en ellas y transformarlas.
· Autoestima/inseguridad
Analizar honestamente si tienes problemas de autoestima y trabajar en ellos te ayudará a tomar los cambios y desafíos de migrar de manera mucho más amable.
Barreras lingüísticas, cambios de profesión, no tener una red de apoyo cercana, son ejemplos de situaciones que pueden exacerbar sentimientos de inferioridad. Sé consciente de que ser migrante es ser vulnerable por lo tanto procura tratarte de manera compasiva y ajusta tus expectativas al contexto. (Revisa el artículo “perfeccionismo como una forma de autosabotaje”).
Te invito a cuidar de tu salud mental y considerarla en todo momento si ya has decidido migrar. Recuerda que todo esta conectado y que nuestras emociones pueden tener un impacto gigantesco en los resultados que obtengamos de una situación. Te deseo mucho éxito en este proceso.
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