Iniciar terapia es un momento importante en nuestras vidas, puede convertirse en un parte aguas. Así, es una etapa liminal, un umbral en donde ya no somos tan enteramente lo que éramos, porque ya me di cuenta de que hay un problema, pero aún no somos eso en lo que nos queremos convertir.
Iniciar terapia es un acto de autonomía por lo tanto tienes todo el derecho a decidir las particularidades de un espacio terapéutico adecuado para ti.
¿Qué considerar antes de ir a mi primera sesión de terapia?
No hay una preparación previa como tal, como el punto central del trabajo eres tú, con que asistas a tu sesión es suficiente. Sin embargo, tener en claro ciertos temas que quieres trabajar, objetivos y síntomas que has o estás presentando puede ser muy útil para ambas partes.
Tener a la mano en mente o notas tu historia clínica también agiliza el proceso. Recordar cuándo fue la última vez que asististe a terapia, si es que has asistido, cuánto tiempo han durado otros procesos, motivos de término de ellos, contexto en que se dieron y si tomas o has tomado medicamentos son puntos básicos a considerar.
Trata de ser lo más claro (a) posible sobre tus expectativas del proceso.
¿Qué tomar en cuenta al momento de elegir a mi terapeuta?
Antes de hacer tu primera cita, te recomiendo hacer una lista de los puntos importantes qué estás buscando en un terapeuta o psicólogo (a). Estos puntos deberán estar alineados con tus necesidades específicas y tu sistema de valores. Por ejemplo, que sea un aliado (a) para la comunidad LGTBIQ+, que sea parte de cierto grupo étnico o que practique alguna religión/fe en particular.
Incluso que sea hombre o mujer o una persona no binaria puede ser bastante relevante. Piensa qué puntos son no negociables para ti, si es que los tienes.
Las credenciales del (a) profesional de salud mental en este punto, son importantes. Tal vez requieras que tu terapeuta sea especialista en ciertos temas que te corresponden o que tenga amplia experiencia en el manejo de algún síntoma. No temas por preguntar sus antecedentes profesionales y su abordaje.
Pero ¿qué tal si no me siento cómodo (a) con el psicólogo (a) o terapeuta?
Nada está escrito en piedra. La mayoría de los profesionales de la salud mental te ofrecerán una primera consulta en la que ambas partes evalúan si son compatibles para trabajar juntos.
Recuerda que, ante todo, la persona frente a ti es un (a) profesional que sabe manejar estas situaciones. Después de todo, ir a terapia se trata de crear relaciones más saludables y honestas así que puedes hablar abiertamente si no sientes que es lo correcto para ti.
Llevo intentando con muchos profesionales de la salud mental y ninguno (a) me funciona
Suele ocurrir que conscientemente tenemos todas las ganas y disposición de iniciar terapia, pero nuestro inconsciente tal vez no esté en la misma página. Darte a la tarea de averiguar si efectivamente ese espacio no era el adecuado para ti o, si te estás saboteando puede evitar que te canceles algo que bien, podría ser una oportunidad.
¿Cómo se siente encontrar el espacio adecuado?
Si bien es perfectamente normal sentirnos ansiosos durante el primer contacto, esta sensación debería ir disolviéndose a medida que nos relajamos.
El principal objetivo de un terapeuta es que nuestro(a) paciente se sienta lo suficientemente cómodo (a) para expresarse a sus anchas. Generar un espacio libre de juicio en donde desde la escucha atenta y profesional hacer intervenciones que resulten relevantes para el consultante es una habilidad que se forja con conocimiento y experiencia.
Sentirse visto (a), desde una mirada profesional sin juicios que sabe cuándo confrontarte y cuándo ser más compasivo (a) es un gran indicador de compatibilidad profesional.
Escucha tu propia voz y confía en lo que sientes y piensas. Si pones atención a estas pautas muy probablemente puedas reconocer cuando has llegado a tu santuario.
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