Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son trastornos psiquiátricos indicados en el DSM V (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders). Se caracterizan por el establecimiento de una relación poco saludable con la comida y son enfermedades mortales.
El alimento para el ser humano cumple una función básica biológica: sin alimento nuestro cuerpo no puede funcionar de manera adecuada. Sin embargo la alimentación cumple también una función social, y es que casi siempre la función de "comer" está inscrita en un marco afectivo. La madre al alimentar al lactante, no sólo le da su leche, sino también lo inviste con afecto en forma de palabras, miradas, caricias que hacen de esta experiencia algo mucho más profundo que un sólo acto instintivo. De esta manera inicia nuestra relación con la comida, de esta manera nos inscribe en el mundo.
En los TCA la relación con la comida se utiliza como medio Inconsciente para tratar de regular las emociones. De esta forma, dinámicas de restricción, purga o sobre ingesta serán utilizadas en un intento de expresar la agresión y el rechazo hacia el mundo externo, a través de destruir el cuerpo propio.
Existen varios tipos de TCA, a los más conocidos, anorexia y bulimia (también llamadas cariñosamente entre las pacientes que las padecen Ana y Mia) se les suman el Trastorno por atracón, la Pica, Trastorno de Rumiación, Trastorno por evitación/restricción de alimentos y los no especificados.
Cada uno de ellos expresa diferentes dinámicas intrapsíquicas y su sentido yace en la historia personal de cada sujeto. Dicho esto, existen cuadros generales que se presentan consistentemente en la epigénesis de estos trastornos. Obesidad o sobrepeso en la familia, padres o tutores sobreprotectores y ansiosos o el extremo en su manifestación distante, evasiva, expectativas irreales sobre la imagen corporal, poco o nulo desarrollo de pensamiento crítico, utilizar la comida como premio/castigo, entre otras, son dinámicas familiares que encontramos frecuentemente en pacientes con TCA.
Desde los factores Transgeneracionales (Psicogenealogía) encontramos a veces historias de hambrunas o carencias de alimento en circunstancias traumáticas, antecedentes de enfermedades físicamente deteriorantes así como madres y padres ambivalentes.
Existen focos de alerta que nos pueden indicar que se está presentando un TCA por ejemplo pérdida o aumento de peso constante e intenso, ingesta de laxantes o pastillas para bajar de peso, pérdida de apetito, jugar excesivamente con la comida, hablar constantemente sobre la imagen corporal o dietas. Sin embargo el diagnóstico de este tipo de trastornos se debe hacer por un experto, así como la definición de un tratamiento el cual en casi todos los casos necesita ser multidisciplinario incluyendo Nutrición y Psiquiatría.
El pronóstico para estos pacientes varía, sin embargo el proceso de recuperación es casi siempre largo con grandes tasas de recaídas.
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